El carácter es uno de esos temas, como la cultura o la moralidad, que todos apoyan firmemente, pero también discuten. Cuando James Q. Wilson, uno de los más grandes científicos sociales del último medio siglo, concentró su atención académica en el carácter, muchos de sus colegas sintieron repulsión. A pesar de que cada uno seguramente creía en alguna noción de buen carácter, se suponía que hablar de ello —y mucho peor, buscar una definición o un plan para cultivarlo— sería un ejercicio para prestar ayuda y consuelo a los moralizadores de la derecha.
Source: latimes.com – Los Angeles Times