Cada día, de 200 a 300 familias llegan al refugio, reciben comida, ropa y transporte a la estación de autobuses de Greyhound. Desde allí, viajan para reunirse con amigos y familiares en todo el país. Han recorrido un largo camino desde la primera afluencia de jóvenes migrantes en 2012 -una verdadera crisis, dijo-, añadiendo espacio, donaciones y voluntarios. El sábado, había casi tantos voluntarios en el refugio como migrantes – no hay crisis.
Source: latimes.com – Los Angeles Times